Eduard Billy Meier
Probablemente de entre los contactados de este último siglo sea Eduard Meier uno de los más celebrados y controvertidos por la propia realidad que vivió y por su trascendencia a nivel público.
Tanto las fotos que sacara de las naves espaciales, así como sus manifestaciones. golpearon la racionalidad de esta sociedad atada a formas de cultura atávicas e inmóviles. El Sr. Billy Meier (digo Billy por ser éste el apelativo con el que se conoce) consiguió establecer un contacto asiduo con los seres que vienen de Las Pléyades.
Hasta la fecha son más de cien veces que ha conseguido ubicarse en sus astronaves o hablar con dicha civilización. Sus fotos y pruebas materiales no han podido ser negadas; al contrario, la nitidez de las copias y películas dejan pasmado a cualquier interesado en el fenómeno ufológico de nuestro tiempo.
En la actualidad, Billy Meier está retirado de la vida mundana, creando en su granja de Suiza las bases de una convivencia entre personas simpatizantes de su filosofia.
Debemos hacer un poco de hístoria de dicho fenómeno y comprender que el contacto de este personaje viene ya desde la infancia. A los siete años una voz interna le citó a un encuentro (Y en un bosque próximo a su casa. El ser que descendió de la astronave y que le acompañó en su primer viaje por el espacio, se llamaba Sfath. Era un hombre muy viejo pero sus facciones eran totalmente normales y hablaba perfectamente el idioma natal de Meier.
Sfath le habló de una misión que debería cumplir y para la cual estaba ahora siendo preparado por medio de la telepatía directa, hecho este que duraría de forma ininterrumpida hasta los 16 años, que fue cuando otro ser tomó el relevo del anciano maestro e instruyó a Meier en dicha preparación filosófica y espiritual.
El segundo personaje se llama Asket y pertenecía al Universo Dal. Este Universo, decía Asket, es desconocido para vosotros. Se trata de un Universo paralelo al vuestro. Pero los parámetros de espacio y tiempo son distintos. Existen, decía, universos paralelos que no son perceptibles pero existen.
Asket indujo a Billy a vivir todas las posibles experimentaciones de la vivencia diaria a fin de prepararle para el futuro contacto en sus años de madurez. Viajó en consecuencia por toda la zona de oriente y por el Himalaya. Aprendiendo las culturas y las doctrinas y formándose en el espíritu de las cosas y en la sabiduría expontánea de la naturaleza.
En esta constante experimentación y vida viajera de nuestro personaje, no faltan las persecuciones, los oficios varios y la cárcel.
También en un accidente, Billy Meier pierde su brazo derecho, aunque gracias a su tremenda naturaleza consigue con el brazo sano realizar cualquier tarea por dificil que sea.
Ya en su tierra natal, Suiza, y en la localidad de Hinwell, Meier es citado y entrevistado por los seres de las Pléyades, que capitaneados por la bellísima extraterrestre Semjase, instruyen a Billy en cosmogonía y ciencia extraterrena.
Este comanante femenino, de 1.70 m. de altura y estilo nórdico, dice venir de la Constelación de Las Pléyades, a unos 500 años luz de la Tierra y de un planeta llamado ERRA que pertenece al sistema de Taygeta. Así mismo dice que su civilización y otras tantas pertenecen a una Confederación compuesta de 127 millones de seres.
Nosotros también estamos muy lejos de la perfección y debemos evolucionar constantemente, le explicó ella a Meier. Cuando decidimos entrar en contacto con el humano terrestre, lo realizamos porque sentimos una obligación respecto al desarrollo y a la vida esparcida por todo el Universo.
No somos misioneros ni maestros, pero actuamos para mantener el orden en todas las áreas del espacio. De vez encuando entramos en contacto con habitantes de diferentes mundos y buscamos unas individualidades que creemos que aceptarán nuestra existencia. Entonces impartimos información a esos contactados, pero solo cuando su raza se ha desarrollado y comienza a discurrir. Luego, lentamente, nosotros y otros les preparamos para la verdad, de que no son los únicos seres pensantes del universo.
Según Meier, los pleyadianos vivían hasta mil años; la misma Semjase era relativamente joven, pues contaba 330 años. Su planeta natal, Erra, era sólo ligeramente más pequeño que la Tierra, pero estaba poblado por muchas menos personas, menos de 500 millones. Tras descubrir el hospitalario pero aún joven medio ambiente de Erra, los pleyadianos habían puesto en marcha el planeta para que albergase la vida, y hoy sus paisajes se parecian mucho a los que se daban en la Tierra. Con colinas, hierba, árboles y agua corriente. Ubicaron la producción y las instalaciones de fabricación en regiones remotas. Lejos de la población y utilizaban los planetas deshabitados cercanos para las labores de minería. Los pleyadianos le contaron a Meier que si viajaba a Erra, descubriría especies similares al caballo, a la vaca, a los conejos y a los peces.
Los robots y los androides realizaban en Erra la mayor parte de las labores de esfuerzo fisico.
Los androides tenían el aspecto y se conformaban de una forma tan parecida a los seres humanos, que solo podían distinguirlos por sus ropas. Todos llevaban uniforme, cuyo color indicaba la tarea a la que estaba destinado el androide. Reflejaban tanto la vida real porque su piel estaba confeccionada con protoplasma vivo. Y también su cerebro era un organismo capaz de respuestas naturales y de conversación.
En Erra no solo existían las familias, sino que, a propósito, se las mimaba y cuidaba. Aunque fuesen sexualmente maduros a partir de los trece años, los pleyadianos no se casaban hasta haber completado su educación, un proceso que comenzaba a los cuatro años y que duraba hasta que alcazaban los setenta. Para entonces habían adquirido ya unos conocimientos específicos en quince o dieciséis disciplinas, aunque, en el caso de Semjase, llegaban hasta treinta. No existía gobierno.
Tienen allí lo que llamaríamos aquí jefes espirituales explicaba Meier a quienes acudían a verle. La forma más elevada de lo que entienden por liderazgo la llaman Horralft. Se trata de una forma de vida que no posee rostro ni cuerpo, y que tampoco es espiritual. Es una mezcla de ambas cosas. Si le pusieras la mano encima, lo atravesarías. El Horralft no imparte órdenes. Te dá algo más, lo que nosotros llamamos sugerencias. Y en ese planeta, cada cual, por medio de su propia sabiduría en evolución, trata de dar lo mejor de si mismo.
Una de las experiencias más tremendas que vivió Billy Meier, fue un viaje que realizó en una astronave pleyadiana y que le acercó hasta una distancia de 3 metros del acoplamiento del SOYUZ APOLO. Este acontecimiento terrestre fue mirado y animado por estos seres superiores que acudieron a la cita espacial sellando el pacto de amistad entre las Naciones y el Cielo.
¿Por qué no aparecéis en masa y os mostráis al público?, y ¿por qué no entrais en contacto con los gobiernos?.
Las masas nos reverenciarían como a Dioses, tal como ocurrió en épocas pasadas, explicó Semjase, o se pondrían histéricas. Por eso consideramos más prudente entrar en contacto solo con personas individuales durante algún tiempo, para difundir, a través de ellas el conocimiento de nuestra existencia y nuestra llegada a este planeta.
Además los Gobiernos de la Tierra están compuestos de seres humanos para quienes el ansia de poder y la sed de lograr beneficios constituyen algo característico. Sólo desean, bajo el pretexto de la paz y de la amistad, ocupar nuestras naves luminosas y ejercer el poder absoluto sobre la Tierra. Pero no se detendrían aquí. Desearían capturar todo el Cosmos, porque no conocen límites de ninguna clase. Por otra parte, si no son capaces de lograr la paz y la amistad entre las naciones de la Tierra, ni si quiera en sus propios países, ¿cómo van retener semejante poder en sus manos, como el de nuestras naves luminosas?. No tenemos el menor interés en revelarnos al público en general. Por lo tanto, en la actualidad resulta aconsejable mantener contacto sólo con seres humanos individualmente. y a través de ellos, y lentamente, permitir que el conocimiento de nuestra existencia y de nuestra misión lleguen a conocerse, y preparar a otros para nuestra llegada.
Una advertencia más: existe una estructura evolutiva en el orden espiritual que el hombre terrestre debe desarrollar por si mismo antes de que resuelva ciertos secretos científicos. Incluso entonces, el peligro existe, en el sentido de que el hombre terrestre, al ejercitar ese conocimiento técnico, lo emplee con malos finés y por motivos y ansias de poder. Debe recordar, cuando logre las técnicas necesarias, que no podrá volar a otros planetas con la esperanza de resultar siempre vencedor. Los otros habitantes cósmicos no se encuentran impotentes al ataque de otra raza. Podría seguirse una derrota mortífera para la Humanidad Terrestre y una completa esclavitud que le podría llevar otra vez a los tiempos más primitivos. Cuando el hombre terrestre trate de llevar su bárbara ansia de poder al cosmos, debe considerar su propia destrucción.
Esto es cuanto se debe contar a los seres terrestres. puesto que su razón espiritual está aún pobremente desarrollada. Esta fue la desgraciada experiencia de una segunda raza de humanos en vuestro propio sistema solar. Su planeta se perdió en una vasta explosión, y no quedó nada, salvo los desolados asteroides que giran en torno a vuestro Sol.
Semjase le explicó, brevemente, que la civilización pleyadiana se había originado muchos miles de años atrás, no en Las Pléyades, un sistema solar muchísimo más joven que el nuestro, sino en la Constelación de la Lira. Cuando se declaró la guerra, antes de que el planeta fuese destruido, gran parte de la población emigró a otros sistemas estelares, a las Pléyades, a las Híades y a un planeta que orbitaba cerca de una estrella llamada Vega. En otro viaje interestelar, los nuevos pleyadianos descubrieron la Tierra y su vida primitiva evolucionando en una atmósfera hospitalaria para ellos. Desde aquél momento, según Semjase, la Tierra había sido destruida dos veces por sus propios habitantes: la primera vez por una civilización desarrollada a partir de los primeros pleyadianos quienes permanecieron y se casaron con los primeros seres humanos; la segunda, cuando otra generación de pleyadianos colonizaron la Tierra y produjeron una tecnología avanzada hasta que, de nuevo, la guerra destruyó el planeta. Semjase y los pleyadianos que eligieron regresar de nuevo a la Tierra eran descendientes de una pacífica fracción liriana, que ahora se sentía responsable de guiar a la Tierra en su evolución espiritual. Para que los humanos terrestres evitasen los retrocesos que, tiempo atrás, habían experimentado sus antepasados pleyadianos.
Para ayudarles en su misión, los pleyadianos habían entrado en contacto telepático con numerosos terrestres, pero los elegidos, llegado el momento, demostraron carecer de conocimientos, voluntad o lealtad. Los pocos que poseían todas estas cualidades temían exponerse, y por eso se mantenían callados a cerca de sus contactos.
Nosotros somos los pleyadianos explicaba Meier a la gente sentada a la mesa. Procedemos de un cruce entre pleyadianos y seres humanos de la Tierra.
Respecto al planeta origen de Semjase. Meier dijo:
Se parece mucho a la Tierra. Es un poco más pequeño que la Tierra. Los edificios son redondos. Los vehículos no tienen ruedas, están suspendidos y el trabajo lo realizan los robots y los androides. Los androides son a medias mecánicos y a medias orgánicos. y capaces de pensar por si mismos. pero los humanos vigilan todo cuanto hacen. Cada familia no cuenta con más de cinco personas, los padres y un máximo de tres hijos.
Meier contó que unas tres mil naves de otros sistemas estelares de la galaxia visitaban la Tierra cada año:
Existen ocho razas humanas diferentes que poseen estaciones aquí en la Tierra afirmó. Exploran, estudian, están aquí para observar.
Ante la posibilidad de que los seres del espacio nos atacaran. Meier dijo:
Si una raza humana cruza una distancia muy grande, tal vez años luz del espacio, no va a venir a quí para plantear problemas o para comenzar una guerra. El ser humano es una criatura combativa, toda su vida se basa en la lucha, por lo que cree que si hay aquí una raza procedente de otro planeta, esas criaturas harán exactamente lo mismo que él. Pero no es cierto. Si lo deseasen los pleyadianos destruirían la Tierra en cuestión de minutos, explicó Meier. Y ubieran esclavizado a todos los terrestres hace ya miles de años. Meier admitió que algunas de las naves se habían llevado a humanos contra su voluntad y los antropólogos quienes, al descubrir a un pueblo primitivo que todavía existe en la Tierra, mandan equipos para estudiarlos y luego vuelven con ellos para enviarlos al laboratorio.
Si los pleyadianos u otras entidades se llevaban a seres humanos, sólo era por satisfacer su legítima curiosidad. De vez en cuando, se comete algún error y un humano secuestrado muere, lo mismo que los médicos en la tierra cometen errores que originan alguna muerte. Pero nunca han sacrificado a propósito la vida humana.
Con los pleyadianos a unos quinientos años luz de la Tierra, los fisicos terrestres opinan que, viajando a la mayor velocidad concebible, es decir a la velocidad de la luz, un viaje desde Las Pléyades a la Tierra, y regreso, requeriría mil años, sin embargo, Meier mantenía que el sistema de propulsión pleyadiano era capaz de alcanzar velocidades de muchos millones de veces más veloces que la luz. Y que, con frecuencia. Semjase iba y volvía desde su planeta natal ERRA, y la Tierra. Los pleyadianos, añadía Meier, realizaban el viaje en siete horas.
Durante el cuarto contacto, y de nuevo en el octavo. Semjase le había explicado aspectos del sistema de propulsión que permitían a las naves luminosas pleyadianas trascender la distancia y el paso del tiempo.
Para viajar a través del espacio cósmico dijo, se necesita un impulso que sobrepase muchas veces la velocidad e la luz.
Pero esa propulsión solo entra en acción cuando ya se ha alcanzado dicha velocidad. Esto significa que una nave luminosa necesita por lo menos dos impulsos: uno normal que proporciona impulso hasta alcanzar la velocidad de la luz, y un segundo híperimpulso, como vosotros lo llamaríais.
Pero esa propulsión solo entra en acción cuando ya se ha alcanzado dicha velocidad. Esto significa que una nave luminosa necesita por lo menos dos impulsos: uno normal que proporciona impulso hasta alcanzar la velocidad de la luz, y un segundo híperimpulso, como vosotros lo llamaríais.
Con este segundo impulso paralizamos el tiempo y el espacio. Y sólo cuando el tiempo y el espacio han dejado de existir somos capaces de viajar a distancias de anos luz en una fracción de segundo. Todo se realiza de una manera tan rápida que los vivientes ni se dan cuenta.
No estoy autorizada a darte más detalles. Pero puedo decirte que vuestros círculos científicos más avanzados siguen aún trabajando sobre sistemas conocidos como impulsos emisores de luz e impulsos de taquiones. Los principios elementales ya les son conocidos. El impulso emisor de luz sirve como un sistema de propulsión normal para hacer avanzar las naves hasta los límites del espacio y del tiempo.
Una vez allí, el impulso del taquión entra en acción. Se trata del sistema de híperpropulsión, que es capaz de forzar el espacio y el tiempo hasta el híper‑espacio. Nosotros empleamos otros nombres, pero los principios son exactamente los mismos.
Una vez allí, el impulso del taquión entra en acción. Se trata del sistema de híperpropulsión, que es capaz de forzar el espacio y el tiempo hasta el híper‑espacio. Nosotros empleamos otros nombres, pero los principios son exactamente los mismos.
Conclusión.Todas las experiencias vividas por este gran contactado, se pueden resumir en tres apartados principales:
1° Dentro del Campo de la Ufología propiamente dicha. Eduard Meier aporta las mejores secuencias y fotograñas sobres naves u ovnis.
2° Es contactado por seres de Las Pléyades. Son varios los contactados que hacen referencia en sus encuentros con estos seres procedentes de las Pléyades.
Hoy que está tan de moda la guerra de las galaxias entre las grandes superpotencias. Meier advierte por indicación de los extraterrestres, que jamás el hombre de este planeta podrá salir al espacio exterior de una forma total, si antes no AUTORREALIZA LOS VALORES ESPIRITUALES.
Bily Meier, Su Mensaje, Investigación, e Historia en Video